Por: Socorro Torres ->Visita mi Blog para Saber mas
En estos tiempos de códigos de DaVinci y secretos bíblicos, aparece la búsqueda de un misterio que cualquier padre quisiera resolver, sobre todo cuando son las 4 de la mañana y el niño recién nacido comienza a llorar. ¿Qué es lo que quiere? ¿Nos esta diciendo algo que podemos interpretar?
La criatura usa este reflejo en forma de sonido para decirle a la madre que tiene cansancio o que ya quiere dormirse. Este sonido es el precursor de lo que nosotros llamamos bostezo.
Heh ‘Estoy experimentando incomodidad’. (A mi parecer los pequeños lo pronuncian ‘Jeh’).
El infante utiliza este reflejo en forma de sonido para comunicar su incomodidad ante la necesidad de que le cambien el pañal. Este sonido es producido como respuesta de la piel que se siente raspada.
En el caso de Dunstan, cuando escucha sonidos los percibe de una manera más completa. Mientras que la mayoría de nosotros oye una sola nota, ella dice que aprecia una especie de valor sinfónico. Lo explica así: “Cuando alguien está hablando, puedo obtener información que otras personas no alcanzan a percibir.”
¿Cómo ha podido ella aplicar esta capacidad de escuchar un misterioso segundo lenguaje al llanto de su propio hijo? Dice Dunstan: “Gracias a mi don con los sonidos pude apreciar ciertos patrones en sus gemidos”. Tiempo después podía recordar esas estructuras cuando mi hijo volvía a llorar”.
De esta manera comenzó la aventura de Dunstan por decodificar el significado del llanto de los bebés. La experta en música descubrió que otros niños cantaban lo mismo en su llanto, es decir, tenían el mismo vocabulario.
Después de ocho años de estudio, Dunstan podía dar a otras madres una primera versión de lo que los sonidos de los bebés intentaban comunicar.
De acuerdo con las observaciones realizadas por el Centro de Investigación Infantil de la Universidad de Brown, Estados Unidos, el lenguaje de los bebés es posiblemente de uso universal entre los recién nacidos.
Más allá de la región geográfica, el color de la piel, el género o el lenguaje de los padres, los bebés parecen compartir unas frases básicas.
Según estos estudios, los niños hasta los tres meses se expresan mediante reflejos en forma de sonido. Este término alude a los sonidos que se dan antes del llanto en plena forma, como una especie de aviso que el bebé hace de manera instintiva para llamar la atención de la madre respecto de una necesidad básica de su cuerpo. Aunque estos sonidos parecen idénticos, no lo son.
Antes de que el niño estalle en un llanto histérico incontrolable, advierte a la madre lo que necesita con sonidos preventivos. Estas frases expresadas en un llanto entrecortado, que todavía no está a pleno pulmón, tratan de indicar lo que el bebé requiere: tal vez comida, resolver una incomodidad o el arrullo para conciliar el sueño.
El problema está en las palabras, “Quizá”. Si estas demandas no se satisfacen entonces vienen los gritos ante nuestra falta de entendimiento. ¿Pueden los padres ahorrarse noches de desvelo? ¿Se puede discernir lo que pide el bebé?
Cinco Palabras Secretas
En un programa de televisión se ve a Priscilla Dunstan reunida con ocho madres que cargan a sus bebés recién nacidos. Estamos ante un potencial concierto de llantos.
Los niños afinan sus instrumentos. Las mamás cuentan cómo enfrentan de distintas maneras el lloriqueo desesperante. No hay mucho que hacer. Priscilla les ayuda a identificar los sonidos, les explica su significado.
Las mamás se impactan al saber que los bebés realmente les están “hablando”. Después de dos horas todos los bebés están cómodos, contentos y tranquilos. Una de las madres comenta: “Quién hubiera pensado que los bebés nos estaban tratando de decir algo”
Es asombroso. “Priscilla Dunstan les enseñó a las madres cinco palabras básicas” que dicen los bebés al empezar a llorar.
Cabe señalar que estos sonidos, desde mi punto de vista, pueden leerse de manera distinta de acuerdo con diversas culturas. Por ejemplo: Mientras en Estados Unidos se dice que los perros ladran con el sonido “Arrrf”, en México los oímos decir “Guauu”.
Para que usted los evalúe directamente, puede apreciarlos en el video que aparece en la siguiente página de Internet:
Puede captar matices que se asocian con estados de ánimo. A veces nosotros mismos, sin tener un oído tan refinado, lo percibimos. Decimos: “te oyes cansado” o “te oyes raro, ¿ya te cortaron?”http://www.msnbc.msn.com/id/15960054
Dunstan, estos son los sonidos: “Neh ‘Tengo hambre’” (A mí me suena entre ‘Ne’y'Na’). El infante usa el sonido ‘Ne’ o ‘Na’ para comunicarle a su madre que quiere comer. Este sonido es producido cuando la lengua se coloca en la parte superior de la boca y se dispara el reflejo de succión; “Owh ‘Tengo sueño” (Particularmente me suena como ‘Aau’).
Estaba dotada particularmente para eso. Era violinista de concierto y mezzosoprano. Cuando había cumplido 4 años sus padres descubrieron que tenía una memoria fotográfica de los sonidos.
A esa edad podía escuchar un concierto de Mozart en el piano y tocarlo nota por nota. Dunstan explica que eso le ha ayudado a interpretar un “segundo lenguaje’ más allá del que solemos escuchar”.
Entonces los focos rojos se encienden.
Si la lectura de las necesidades del bebe no es atendida, el volumen y la intensidad del llanto pasaran a una fase que crispara los nervios de los miembros de la familia, e incluso de los vecinos.
¿Qué es lo que se recomienda en estos casos? La típica respuesta; “Usa tu intuición de madre”. El problema es que, con todo e intuición, a esas horas de la madrugada es difícil mantener la lucidez telepática. Hay padres que elaboran grandes listas de opciones para enfrentar la solución: cambiar el pañal, darle de comer, ponerle un chupón, bañarlo. Sin embargo, el llanto persiste. La frustración y la angustia de los padres aumentan.
Una madre recién estrenada comenta: “Te sientes absolutamente impotente. Quieres darles lo máximo, ser una especie de manto protector, y no puedes. No entiendes lo que pasa”.
Una mezzosoprano escucha el llanto.
¿Que quieren decir esos sonidos, esos gemidos? Cuando Priscilla Dunstan tuvo su primer hijo, le hizo esa pregunta ala enfermera. La respuesta fue: “No se preocupe por los llantos constantes. Así es” Dunstan no se quedó conforme. Ella quería comprender el significado de esa “música” inquietante.
Eairh “Tengo un gas interno”. El bebé usa este reflejo en forma de sonido para expresar que quiere sacar el gas interno o que su estómago está empachado. Si un eructo no sale, pasa por el sistema digestivo del niño.
El sonido se produce cuando los músculos del intestino y del estómago se contraen para forzar la salida de la burbuja de aire; Eh ‘Necesito eructar’. El pequeño emplea este sonido para comunicar que quiere eructar de inmediato. El sonido se produce cuando una gran burbuja de aire se queda en el pecho del bebé y trata de salir por la boca.
En el caso de que los padres escuchen más de una palabra, Dunstan indica que se debe reaccionar a la predominante, la que el bebé está ‘diciendo’ con mayor frecuencia. Los reportes de las madres primerizas que han aprendido este Ienguaje ‘ señalan que su aprendizaje es invaluable.
El 70% de ellas se sienten más seguras en el ejercicio materno. Están más relajadas y con menos estrés. La mitad informó que dormían mejor.
Dunstan plantea que técnicamente no se trata de un lenguaje, ya que no implica una comunicación de dos vías. Lo que el bebé hace es más parecido a un estornudo; son reflejos del cuerpo que alertan a las madres -vía sonido- sobre lo que les pasa a sus hijos.
La ciencia tiene una distancia crítica ante los estudios efectuados hasta ahora. Propone que la identificación de sonidos y su lectura deben realizarse de manera rigurosa mediante una metodología cuantificable. Faltan investigaciones más específicas y detalladas. Sin embargo, si se llega a encontrar que este código’ en verdad funciona en cualquier cultura, veremos una correlación significativa en las sonrisas de los padres. “Ojala”.
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viernes, 23 de abril de 2010
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